La cera actúa como una especie de banda adhesiva que se pega sobre la piel. Al retirarla, retiramos también el vello de la zona en cuestión. Durante varias sesiones verás que los pelitos nacen menos tupidos, es decir, más finos. Además, el vello tardará más en crecer y durante las semanas posteriores a la depilación sentirás la piel suave y satinada.